En Obrescat, cuando alguien nos llama para unas reformas integrales Barcelona, casi siempre sale la misma frase: “Quiero abrir la cocina al salón, que quede bonita… pero que luego no me arrepienta”. Y ahí empieza de verdad el proyecto. Porque abrir una cocina no va solo de tirar un tabique: va de entender cómo vivís, cómo os movéis por casa y qué cosas os molestan en el día a día. Si eso no se piensa bien desde el principio, puedes acabar con una cocina muy “Instagrameable” pero poco práctica.

Lo vemos mucho en pisos de barrio, en fincas antiguas, en áticos pequeños… Cocinas largas y estrechas, salones oscuros, pasillos eternos. Cuando conectamos todo, la magia está en la distribución: dónde cocinas, dónde comes, dónde te sientas con el portátil, dónde dejan la mochila los peques al llegar del cole. Si esos puntos no se dibujan con cabeza, la cocina abierta se convierte en un ruido de fondo constante.
La cocina abierta empieza en el plano, no en la encimera
Siempre explicamos lo mismo en la primera visita: antes de hablar de encimeras, colores o tiradores, hay que entender la película completa. Como empresa de reformas en Barcelona, nuestro primer trabajo es escuchar. ¿Quién cocina más en casa? ¿Te gusta recibir gente? ¿Sueles trabajar alguna tarde en la mesa del comedor? ¿Te agobian los platos a la vista desde el sofá?
A partir de ahí, empezamos a imaginar el espacio. En muchos proyectos de reformas de pisos en Barcelona nos encontramos con el típico esquema: cocina al fondo, salón en medio, poca luz natural y mil puertas. Cuando abrimos, la pregunta no es solo “qué tabique se cae”, sino “cómo va a ser el recorrido natural”. Entrar por la puerta, dejar las llaves, pasar por cocina, girar hacia el sofá… todo eso se tiene que notar fluido.
Aquí es donde aparecen las famosas L, U, islas, penínsulas… pero no como catálogo, sino como respuesta a cómo vivís. En algunos pisos donde hacemos reformas de viviendas en Barcelona, la mejor solución es una cocina en L muy recogida, que abra hacia una mesa generosa donde pasa casi todo: desayunos, deberes, videollamadas. En otros, un frente lineal y una pequeña península ya ordenan todo el espacio sin falta de grandes inventos.
Cuando el piso es antiguo, con pasillo estrecho y habitaciones en cadena, es habitual que planteemos una reforma de piso antiguo en Barcelona que mueva tabiques, cambie puertas de sitio y abra huecos nuevos. No se trata solo de unir cocina y salón, sino de que la luz corra y la circulación tenga sentido. A veces, solo con girar una puerta o cambiar una puerta batiente por una corredera, el espacio se siente completamente distinto.
Cómo encajar cocina y salón sin que todo sea un caos
Una vez decidido qué paredes desaparecen, llega la parte que más disfrutan muchos clientes: imaginar el ambiente. Nos gusta que la cocina abierta tenga su carácter, pero que dialogue con el salón. No es una “pieza técnica” pegada al lado, sino parte del corazón de la casa. En obras donde combinamos rehabilitación integral Barcelona con cambio total de mobiliario, se nota muchísimo cuando todo se ha pensado como un conjunto.

Un recurso que usamos a menudo es el cambio de pavimento: hidráulico o porcelánico en zona de cocina; madera en el salón. No hay barreras físicas, pero el ojo entiende el cambio de ambiente. Sumado a una buena iluminación por capas, puedes estar cocinando con luz potente sobre la encimera y, una hora después, dejar solo las lámparas del comedor y la luz de salón en modo tranquilo. Ahí es donde las reformas de interiores en Barcelona marcan la diferencia: la casa no solo se ve nueva, se vive de otra manera.
Otro punto clave es qué se ve desde el sofá. Hay quien quiere lucir la placa y la campana de diseño, y hay quien nos pide, directamente, que el fregadero no aparezca en plano cuando están viendo una serie. En esos casos, el juego de penínsulas y medias paredes funciona de maravilla. Puedes tener una barra bonita hacia el salón y, por detrás, una encimera de batalla donde se acumula lo del día a día sin que sea lo primero que ves. Ese equilibrio entre estética y realidad es lo que solemos trabajar cuando alguien viene pidiendo una reforma integral en Barcelona con cocina abierta “pero sin estrés visual”.
También pensamos en la mezcla de usos. Cada vez más gente nos pide un rinconcito para teletrabajar integrado en la zona de día. Ahí aparecen barras un poco más anchas, taburetes cómodos, enchufes bien colocados y alguna balda extra. En muchos proyectos de reforma integral piso Barcelona, ese metro y medio de barra se convierte en escritorio por las mañanas, barra de desayuno al mediodía y barra de copas improvisada por la noche.
Distribución, sí; pero también olores, ruido y orden
Lo que no se ve en las fotos de revistas es el olor a fritura del sábado o el ruido del lavavajillas cuando alguien quiere echarse la siesta. Por eso insistimos tanto en los “detalles feos” que luego son los que se notan cada día. La campana, por ejemplo, no puede ser la más básica del catálogo. Estudiamos recorridos, potencia necesaria, alturas y tipo de cocina que hacéis para elegirla bien. De nada sirve una cocina preciosa si cada vez que cocinas pescado el olor se pasea por toda la casa. En nuestro blog, te contamos cómo organizar tu cocina siguiendo el orden del triángulo perfecto.
Lo mismo con los electrodomésticos ruidosos. Una cocina abierta convive con el salón; si la nevera zumba, el lavavajillas parece un tractor y la campana suena como un avión, el espacio deja de ser agradable. En muchos presupuestos donde alguien nos pide una reforma integral económica Barcelona, explicamos que quizá compensa ajustar en otros acabados, pero no racanear precisamente en lo que vas a escuchar todos los días.
El siguiente tema delicado es el almacenaje. Una cocina abierta desordenada hace que todo el comedor parezca desordenado. Por eso exprimimos los altos hasta el techo cuando se puede, trabajamos mucho con cajones grandes y planteamos muebles auxiliares en la zona de comedor. A veces, un simple aparador corrido resuelve vajilla, manteles, cosas del cole y papeles que, de otra forma, acabarían invadiendo la encimera. Esa visión global es clave en cualquier reforma integral llave en mano Barcelona: no pensamos solo en la foto final, pensamos en dónde vas a guardar cada cosa.
Historias reales de cocinas abiertas que sí funcionan
Para que se entienda mejor, te contamos tres casos muy habituales que vivimos en obra, sin nombres pero totalmente reales.
En un piso pequeño de Gràcia, la cocina original era un tubo al final del piso, sin luz y con puerta estrecha. El salón, en cambio, tenía un balcón precioso. Propusimos tirar la pared, girar la cocina en L y crear una barra corta que mirara al balcón. Sumando pequeños cambios en el recibidor y ganando un armario en el pasillo, la sensación pasó de “piso largo y oscuro” a hogar luminoso y unido. Esa intervención, que a nivel técnico era una reforma de piso antiguo en Barcelona, para ellos fue como estrenar otro tipo de vida: desayunar mirando a la calle, cocinar mientras uno trabaja en el portátil, tener a la vista a las visitas mientras rematas la cena.
Otro ejemplo típico es el de la familia en Sants con dos peques. Querían ver a los niños desde la cocina, pero no soportaban la idea de tener juguetes por toda la encimera. Aquí optamos por una U con península hacia el salón. La cara interior de la U se quedó para fregadero, lavavajillas y zona de “batalla”; la exterior, para barra y mueble bajo con almacenaje. Sumando un banco corrido con cajones en la zona de comedor, los juguetes y cuentos tenían su sitio sin invadir la cocina. Un caso claro donde una buena rehabilitación integral Barcelona no es solo cambiar materiales, sino redibujar costumbres.
También están los perfiles que viven solos o en pareja y trabajan mucho desde casa. En un piso de Poblenou, por ejemplo, planteamos una distribución con un frente lineal de cocina y una península estrecha que hacía de barra-oficina. Con buena luz y enchufes bien pensados, el mismo rincón servía para cocinar, responder correos y cenar con amigos. En este tipo de proyectos, que suelen entrar en el saco de reformas de interiores en Barcelona, la clave está en que cada metro tenga doble función sin que el espacio se sienta lleno de cosas.
Cómo te acompañamos desde Obrescat
Todo esto no se decide en una tarde mirando fotos en Pinterest. Por eso, cuando te planteas abrir la cocina y darnos las llaves de tu casa, nos gusta ir paso a paso. Empezamos con visita, toma de medidas y una buena charla sobre vuestro día a día. Después, preparamos propuestas con varias alternativas de distribución, comentamos pros y contras, ajustamos hasta que veamos claro el encaje.
Solo entonces entramos a fondo en materiales, acabados, modelos de electrodomésticos y calendario de obra. Cada proyecto tiene su mezcla: hay quien quiere algo muy top, hay quien busca una solución muy cuidada pero ajustada de precio, como pasa en tantas reformas de pisos en Barcelona pensadas también para alquilar en unos años. En todos los casos, nuestro objetivo es el mismo: que la cocina abierta no sea un capricho de moda, sino un espacio que de verdad os haga la vida más fácil.

Por eso siempre decimos que no vendemos solo metros de azulejo o muebles nuevos; lo que de verdad hacemos es acompañar todo un proceso. Desde el primer croquis hasta el último repaso de juntas, nos implicamos para que la distribución tenga sentido, la obra se organice bien y el resultado encaje con lo que imaginabas cuando pensaste en una reforma integral en Barcelona. Y, sobre todo, para que cada vez que entres en tu cocina abierta pienses: “Menos mal que lo hicimos así con Obrescat”.
Preguntas frecuentes sobre cocinas abiertas
1. ¿Cómo saber si en mi piso tiene sentido abrir la cocina al salón?
Lo primero es mirar estructura, instalaciones y luz natural. Si tirar el tabique mejora claramente la circulación y la entrada de luz, suele compensar. A partir de ahí se estudia distribución, almacenaje y presupuesto para ver si encaja contigo.
2. ¿Qué distribución funciona mejor en una cocina abierta pequeña?
En espacios reducidos suelen funcionar bien las cocinas en L o en paralelo, con una barra o península estrecha que haga de separación con el salón. Lo importante es dejar pasillos cómodos y reservar al menos un tramo largo de encimera libre.
3. ¿Se puede controlar el olor a comida en una cocina abierta?
Sí, siempre que se elija una campana potente y bien instalada, se ventile correctamente y se cuide el tipo de cocina que se hace cerca del salón. También ayuda mantener orden y limpieza para que la sensación general sea agradable.
4. ¿Cómo evito que la cocina abierta se vea siempre desordenada?
La clave está en el proyecto: muebles altos hasta el techo, cajones grandes, rincones bien aprovechados y algún mueble auxiliar en la zona de comedor. Si cada cosa tiene su sitio, es mucho más fácil mantener la encimera despejada.
5. ¿Sale mucho más cara una cocina abierta que una cerrada?
No necesariamente. El coste depende más de calidades, electrodomésticos y cambios en instalaciones que del hecho de abrir o no al salón. Aprovechar bien la distribución desde el principio ayuda a invertir el presupuesto donde realmente se nota.