En Obrescat trabajamos cada día como instaladores de parquets y vemos de todo: salones que son pistas de carreras para peques, despachos con sillas que hacen kilómetros y mascotas que creen que el suelo es su spa. Con esa experiencia, hemos simplificado el mantenimiento a una rutina realista, sin complicaciones ni productos milagro. Aquí tienes una guía clara para que tu parquet siga bonito durante años sin volverte loco.
Cómo entender a tu parquet (y actuar a tiempo)
La madera no es un plástico: respira, se dilata y se contrae. Si notas zonas mates justo donde más caminas, microarañazos en el perímetro del sofá, crujidos que aparecen de repente o pequeñas aperturas en invierno, el suelo está pidiendo atención. Cuanto antes intervengas, más sencillo será todo. A veces basta con ajustar hábitos: menos agua al fregar, fieltros nuevos en sillas, un felpudo que retenga arena y listo. Como instaladores de parquets, lo primero que recomendamos es observar el suelo una vez al mes con buena luz: verás dónde se está desgastando y podrás corregir la rutina.
Limpieza que funciona: poco agua, producto neutro y constancia
El error más común es empapar. La regla de oro: mopa o aspirador con cepillo suave para polvo y arenilla, y fregado con agua tibia y una gota de limpiador pH neutro específico. Bien escurrido, sin charcos. Nada de vinagre, amoniaco ni vapor directo; apagan el acabado y pueden abrir el poro. En zonas de mucho paso (pasillo, entrada, cocina abierta), pasa la mopa a diario o días alternos y friega dos o tres veces por semana. En dormitorios, una vez por semana es suficiente. Si tienes perro o gato, añade un repaso rápido en la entrada después del paseo para evitar que la arena actúe como lija.
El “clima” ideal en casa
La madera es feliz con 40–60% de humedad relativa y 20–24 °C. Si vives en una zona húmeda y notas que las juntas se abomban en verano, un deshumidificador marca la diferencia. En invierno, si ves pequeñas fisuras, un humidificador suave y ventilar a diario ayuda a que el parquet no sufra. Filtra el sol directo con cortinas o estores para evitar cambios de tono en zonas donde pega fuerte.
Pequeños gestos que evitan grandes disgustos
Un buen felpudo exterior y otro interior reducen a la mitad la suciedad abrasiva. Pon fieltros en todas las patas y revísalos cada pocos meses; cuando se aplastan, rascan. Si trabajas desde casa, cambia las ruedas de la silla por blandas o coloca una alfombra protectora. Mueve muebles levantándolos, no arrastrándolos. Y cuidado con las macetas: usa platos con tope y comprueba que no haya condensación constante.
Manchas y rayaduras del día a día
Si se cae vino o café, seca al momento con papel y limpia con paño húmedo y producto neutro siguiendo la veta. La grasa sale con una gota de jabón neutro en agua tibia. Los rotuladores suelen ceder con alcohol isopropílico aplicado con bastoncillo, probando antes en una zona poco visible. Microarañazos se disimulan con ceras o rotuladores de retoque del tono del suelo. Para golpecitos puntuales, existen kits de cera dura que rellenan y nivelan; si la lama quedó muy dañada, es mejor sustituirla.
Diferencias según el acabado: barniz, aceite y laminado
Si tu parquet está barnizado, la limpieza es sencilla y el brillo se mantiene con el tiempo. Cuando veas desgaste uniforme, quizá toque un repaso de barniz sin lijar a fondo, lo que llamamos recoating. En aceitados, la textura es más natural, pero hay que nutrir la madera aplicando aceite de mantenimiento una o dos veces al año en zonas de mayor tránsito. El laminado aguanta un trato duro, pero no perdona encharcamientos; los modelos hidrófugos resisten salpicaduras, aunque no están pensados para agua estancada. En todos los casos, ganarás vida útil si friegas con moderación y usas productos adecuados.
Zonas complicadas: cocina, baño y accesos a terraza
En cocina se puede disfrutar de la calidez de la madera si secas al momento y proteges las áreas de trabajo con alfombrillas textiles que respiren. En baño, si eliges madera, exige tratamiento específico y ventila bien; si prefieres tranquilidad total, un vinílico SPC con estética madera es una alternativa práctica. En las puertas a terraza, pon burlete, felpudos grandes y costumbre de secar las gotas que entran con la lluvia.
Calendario simple para no pensar demasiado
Semanalmente: mopa o aspirador y fregado ligero. Mensualmente: revisar fieltros, juntas y zonas ocultas. Trimestralmente: limpieza algo más profunda con producto específico y repasar sellados en puntos sensibles. Anualmente: si es aceite, nutrir las zonas de tránsito; si es barniz, evaluar si conviene recoating; si es laminado, comprobar que no haya lamas sueltas ni hinchadas. Con parquets de madera con buena capa noble, cada 8–12 años un lijado profesional devuelve el suelo a “estreno”. Esa es la razón por la cual los parquets nunca pasan de moda y siempre están en tendencia.
Costes orientativos para planificar
Un kit de fieltros y deslizadores cuesta muy poco y ahorra muchos arañazos. Los limpiadores neutros no son caros y cunden. El aceite de mantenimiento rinde bastante y se aplica rápido. Las reparaciones puntuales de 1–3 lamas suelen ser más económicas que lo que imaginas y evitan que el daño avance. El lijado y barnizado completo se calcula por metro cuadrado y depende del estado y del acabado elegido. Si nos envías fotos y metros, te preparamos una estimación clara.
Errores frecuentes que vemos como instaladores
El vapor “porque desinfecta” acaba levantando cantos. El vinagre y el amoniaco apagan el acabado y dejan velos. Las ruedas duras de oficina marcan surcos en semanas. Las macetas sin plato o con condensación constante dejan halos que atraviesan barniz. Las alfombras de goma pueden migrar plastificantes y “tatuar” el suelo. Evitar estos cinco puntos alarga años la vida del parquet.
Mascotas sin dramas
Uñas cortas cada dos o tres semanas, caminos con alfombras de trama cerrada en las zonas de carreras y secado exprés al entrar en días de lluvia. Bajo los comederos, una bandeja rígida evita que el agua se quede en el suelo. Para la zona de juegos, puedes colocar losetas vinílicas temporales sobre el parquet: protegen, amortiguan y se retiran cuando quieras.
Cuándo llamar a profesionales
Si detectas hinchazón persistente, tablas arqueadas, manchas blancas extensas o crujidos que no ceden tras ajustar zócalos y controlar la humedad, conviene que lo miremos. Como instaladores de parquets, distinguimos en minutos si el problema viene de humedad ambiental, filtraciones, falta de junta perimetral o un fallo del soporte. Muchas veces una intervención corta evita una obra mayor.
Sostenibilidad y salud en tu hogar
Un mantenimiento preventivo reduce productos y residuos. Elige limpiadores con bajos COV, paños reutilizables y, cuando toque renovar, barnices al agua o aceites naturales certificados. Un parquet cuidado mejora el confort térmico y acústico y acompaña décadas si lo tratas con cariño.
El toque Obrescat: mantenimiento con mirada de diseño
No sólo conservamos el suelo: también podemos actualizar la estética sin obras grandes. Cambiar rodapiés, alinear transiciones entre estancias, matizar brillos o ajustar el tono con tintes y acabados mates puede modernizar toda la casa en pocos días. Si es una vivienda de alquiler, planteamos planes rápidos y resistentes para minimizar tiempos muertos y mantener la propiedad atractiva.
Si te apetece olvidarte del tema, en Obrescat te proponemos una evaluación gratuita: nos envías fotos, te preguntamos por hábitos y climatología de tu vivienda, y te devolvemos un plan sencillo con productos, periodicidades y presupuesto orientativo. La idea es que el mantenimiento del parquet sea tan fácil como pasar la mopa, y que tus suelos—instalados o renovados por instaladores de parquets profesionales—sigan dando ese punto de calidez que convierte un piso en hogar.
Preguntas frecuentes
1) ¿Puedo usar vinagre o vapor para desinfectar?
No. Apagan el acabado y abren el poro; mejor pH neutro y paño bien escurrido.
2) ¿Cuál es la humedad y temperatura ideal?
Entre 40–60% HR y 20–24 °C para evitar aperturas o abombamientos.
3) ¿Cada cuánto aplico aceite en un parquet aceitado?
Una o dos veces al año en zonas de paso; antes, limpia con “soap” específico.
4) ¿Qué hago con rayas pequeñas?
Usa rotulador o cera del tono. Si hay cráter, rellena con cera dura o cambia la lama.
5) ¿Se puede poner madera en la cocina?
Sí, con disciplina de secado y buen sellado; alternativa práctica: vinílico SPC.