Parquet vs vinílico: cuál elegir según el uso y el presupuesto

Si estás dándole vueltas al suelo de tu casa, seguro que ya te han asaltado las dos grandes palabras: parquet y vinílico. En Obrescat, como instaladores de parquets que trabajamos a diario en Barcelona y alrededores, vemos este dilema constantemente. Y te lo decimos sin rodeos: no existe una opción perfecta para todo el mundo; existe la opción perfecta para tu forma de vivir, tu presupuesto y el mimo que quieras dedicar al mantenimiento. Por eso, en lugar de marearte con fichas técnicas, vamos a contarte lo que vemos en obra, en pisos reales con familias reales, con anécdotas de pasillo y café en mano.

Cómo se sienten y qué transmiten en casa

El parquet es madera de verdad —maciza o multicapa— y eso se nota desde el primer paso descalzo. Tiene una calidez difícil de imitar: la veta cambia con la luz del día, el tacto es orgánico y el sonido al caminar es suave, como si la casa respirara contigo. El vinílico (LVT o SPC) juega otra liga: cada año mejora el realismo, viene con relieves que engañan al ojo y aporta una uniformidad que a muchos les encanta, porque todo queda “niquelado”. Si te gusta que el salón tenga carácter y pequeñas variaciones nobles, la madera te enamora; si prefieres un look moderno, limpio y sin sustos, el vinílico te da paz mental desde el minuto uno.

Dónde rinden mejor según el uso

En cocinas y baños, el vinílico suele llevar ventaja. Aguanta agua, vapor, salsas rebeldes y esos domingos de limpieza intensiva sin ponerse dramático. En salones y dormitorios, el parquet brilla con luz propia: sube el nivel percibido de la vivienda, envejece bonito y, si algún día lo “castigas” de más, se puede lijar y barnizar para que vuelva a empezar. En pasillos y recibidores —las autopistas de la casa— la decisión va por tu estilo de vida: si tienes perro con ganas de Fórmula 1 o niños con patinete, el vinílico te hará la vida más sencilla; si te gusta cuidar los detalles y no te importa poner felpudo y protectores, la madera te lo agradecerá durante años.

Mantenimiento del día a día (el real, no el de catálogo)

El parquet se cuida con mopa suave, limpiador específico y cuatro hábitos que no cuestan: secar salpicaduras, pegar fieltros a las patas de las sillas, evitar tacones asesinos en fiestas improvisadas. La ventaja es que, pasado un tiempo, puedes recuperar la superficie con un lijado y barnizado y queda como recién estrenado. El vinílico es aún más fácil: mopa, fregona bien escurrida y listo. Sin ceras raras ni dramas por cada gota que cae fuera del vaso. Si eres de los que odia vivir con el miedo a la raya, es un gran aliado.

Presupuestos orientativos para no perderse

Los números cambian según marcas, formatos, rodapiés y condiciones de la obra, pero para una idea de conjunto (material + instalación estándar) hablamos así: un vinílico de calidad media se suele mover entre 45 y 70 €/m² instalado; un parquet multicapa de roble con capa noble decente, entre 60 y 100 €/m²; y si te vas a macizo o a formatos premium, puedes irte a 100–160 €/m². Conclusión sencilla: si quieres cubrir muchos metros con resistencia al agua y presupuesto contenido, el vinílico manda; si buscas revalorizar la vivienda y te tira el carácter de la madera, el parquet es inversión a largo plazo.

Instalación y tiempos (la letra pequeña que evita sustos)

El vinílico en clic es rapidísimo: poco polvo, obra limpia y mínimo ajuste de puertas gracias a su espesor contenido. Va genial en reformas exprés o viviendas amuebladas —protegemos y movemos lo justo— y permite salvar pequeños desniveles con una buena base. El parquet pide más respeto por el soporte: nivelación cuidada, humedad controlada y, si lo encolamos, una solidez acústica que se nota en la pisada y en el silencio de la casa. Cuando toca lijar y barnizar, hay algo de polvo (usamos aspiración y protección), pero el resultado compensa.

Confort acústico y pisada (porque el oído también reforma)

El parquet encolado ofrece una pisada sólida y un sonido amable; el famoso “cloc cloc” desaparece y el salón suena a hogar. El vinílico, con una buena manta acústica, reduce muchísimo el ruido de pasos y funciona de maravilla en pisos con vecinos sensibles o en casas donde el teletrabajo necesita videollamadas sin eco. Para quienes van con cascos todo el día, se nota.

Sostenibilidad y calidad del aire

La madera certificada (FSC/PEFC) es un recurso renovable y, con barnices al agua de baja emisión, ayuda a un ambiente interior más sano. El vinílico ha mejorado mucho: hoy hay opciones con certificaciones de emisiones (A+, FloorScore) y núcleos sin ftalatos; el SPC reduce la cantidad de plástico. Aquí lo importante es filtrar catálogos. En Obrescat no llevamos a tu casa lo que no pondríamos en la nuestra, así de claro. En nuestro blog, te contamos las tendencias en madera para pisos urbanos.

Lo que vemos en obra (casos reales que te orientan)

Una familia con dos peques en Gràcia tenía cocina abierta al salón y un pasillo que era pista de carreras. Les propusimos vinílico SPC en toda la zona de día por resistencia al agua y golpes, y parquet multicapa en los dormitorios para ganar calidez al levantarse. Hicimos una transición casi invisible y el piso quedó de revista. Otro caso: un propietario que alquila en Eixample quería cero llamadas por “me salió una mancha”. Vinílico en toda la vivienda, limpieza fácil para el inquilino y rentabilidad tranquila para él. Y el opuesto: un cliente en Sarrià, enamorado de la madera, buscaba algo para “quedarse” muchos años. Instalamos parquet de roble encolado con acabado mate al agua. Seis años después hicimos un lijado fino y parecía recién puesto.

Errores típicos que arruinan una buena decisión

Elegir por foto es el clásico. Las muestras hay que verlas en tu luz, con tus sombras y tus muebles. Olvidar el rodapié también duele: un zócalo pobre estropea cualquier suelo premium. Pasar por alto el estado del soporte provoca ruidos y juntas visibles: si la base está ondulada, el suelo “canta”. Y un detalle que casi nadie calcula: la altura final. Subir unos milímetros implica cepillar puertas, ajustar armarios empotrados y rematar encuentros con baños y terrazas. Más vale medir antes que lamentar después.

Cómo decidir sin volverte loco

Piensa en tu rutina: ¿cocinas a diario y a lo grande o eres más de ensaladas rápidas? ¿Tienes mascotas con energía nuclear o un gato contemplativo? ¿Vas a quedarte muchos años o estás preparando la vivienda para vender o alquilar? Si valoras la presencia de la madera y la idea de poder reacondicionarla cada cierto tiempo, el parquet te hará feliz; si priorizas mantenimiento mínimo, resistencia al agua y obra rápida, el vinílico te quitará preocupaciones. Y, por cierto, combinarlos no es pecado: zona de día resistente, zona de noche cálida. Bien planificado, queda impecable.

Lo que te recomendamos como instaladores de parquets

Pide siempre datos concretos: en vinílico, la capa de uso; en parquet, el grosor de la capa noble. Pregunta por la manta acústica, la barrera antihumedad y la nivelación, porque ahí se gana —o se pierde— el resultado. Exige garantías claras de producto e instalación. Y que te dejen por escrito el mantenimiento, con marcas y periodicidades. Los encuentros (puertas, baños, terrazas) merecen un ratito de estrategia: un buen remate vale media reforma.

Cierre: tu suelo, tu vida… y nosotros para que quede de 10

En Obrescat no empujamos catálogos, acompañamos decisiones. Vamos a tu piso, medimos, te dejamos muestras para que las veas a distintas horas y pises con calma, y montamos un presupuesto con dos o tres rutas claras: parquet, vinílico y, si tiene sentido, opción mixta. Te explicamos por qué elegiríamos cada una en tu caso —no en el de la foto del fabricante— y cómo cuadrarlo con tu presupuesto sin sacrificar estética ni confort. Si quieres, empezamos por una visita rápida y gratuita: en lo que dura un café te contamos qué pondríamos nosotros en tu casa… y por qué. Como instaladores de parquets y especialistas en suelos vinílicos, nuestro objetivo es que cada paso que des a partir de ahora suene a hogar.

Preguntas frecuentes sobre instaladores de parquets

¿Cuál dura más, parquet o vinílico?

Bien instalado y cuidado, el parquet puede reacondicionarse y durar décadas; el vinílico destaca por su resistencia diaria y bajo mantenimiento.

¿Puedo poner madera en cocina y baño?

Sí, pero exige más mimo (secado, barnices adecuados). Si buscas cero preocupaciones con agua, mejor vinílico.

¿Sirven con calefacción radiante?

Ambos, siempre que el fabricante lo permita y se respeten límites de temperatura y cola/manta adecuados.

¿Se pueden combinar en una misma vivienda?

Totalmente. Suele funcionar: vinílico en zona de día y parquet en dormitorios para ganar calidez.

¿Qué mantenimiento real necesita cada uno?

Parquet: mopa, limpiador específico y, con los años, lijado y barnizado. Vinílico: mopa y fregona bien escurrida, sin ceras.